No estás perdiendo el tiempo. Estás creciendo.

Muchos lo intentaron y no pudieron, así que tuve que hacerlo yo. El vikingo tenía que caer para volver a nacer… 

Y aunque lo intentaron muchos, no lo logró ninguno. Yo hice lo necesario: apagué al vikingo para encender a Wolf.

Este libro no nació de teorías, ni de fórmulas, ni de respuestas fáciles.

Nació de mis propias guerras internas.

De momentos donde la mente me gritaba más fuerte que la vida.

De noches en las que me pregunté qué sentido tenía todo.

De épocas donde busqué afuera lo que no sabía construir adentro.

Nació de mis miedos, de mis heridas, de mis silencios y de mis regresos.

Regresos a mí.

Regresos a la verdad.

Regresos a ese lugar interno que todos tenemos y al que pocos se animan a entrar.

Si este libro llegó a tus manos, quizá también estés buscando algo.

Calma.

Dirección.

Sentido.

Una versión tuya que se perdió por el camino.

No tengo todas las respuestas —nadie las tiene—

pero sí descubrí algo valioso:

la vida cambia cuando dejás de pelear con vos mismo y empezás a escucharte.

Eso es lo que quiero compartirte.

No desde el pedestal, sino desde el camino.

No desde la perfección, sino desde la honestidad.

No para enseñarte, sino para caminar con vos.

Gracias por estar acá.

Gracias por abrirte.

Gracias por animarte a mirar hacia adentro.

Ojalá este libro sea un puente.

Ojalá sea un espejo.

Ojalá sea un hogar al que puedas volver cada vez que te olvides de quién sos.

Nos encontramos en tu interior.