Muchas Máscaras pocos Rostros
Verdades que aparecen cuando todo se cae
En un mundo donde muchos no dicen lo que piensan, sino lo que conviene, encontrar amistad verdadera se vuelve raro.
📘 CAPÍTULO 13
13. BONUS TRACK — EL ÚLTIMO FILTRO: COHERENCIA
Hay un filtro que nunca falla y casi nadie mira: la coherencia.
Porque en la vida vas a encontrar gente que habla hermoso. Que te dice lo correcto, en el momento correcto, con la cara correcta. Gente que promete, que jura, que se indigna con la traición… pero que después hace exactamente lo que critica.
Y ahí entendés algo clave: no se elige por palabras, se elige por conducta.
La coherencia es simple: que lo que alguien dice coincida con lo que hace, con lo que sostiene, con lo que repite. No una vez, sino en el tiempo. La coherencia no es perfección. Es dirección. Es intención. Es responsabilidad.
Cuando alguien es coherente, te da paz. Porque no tenés que adivinarlo. No tenés que interpretarlo. No tenés que estar atento a los cambios de humor para saber si hoy te quiere o hoy te usa. La coherencia te deja respirar.
En cambio, la incoherencia te desgasta. Te hace vivir en alerta. Un día sos importante, al otro sos invisible. Un día te aplauden, al otro te minimizan. Un día te buscan, al otro te “cuelgan”. Un día son amigos, al otro son desconocidos. Y lo peor: te hacen dudar de vos.
Por eso este bonus track es una especie de llave final: cuando no sepas qué hacer con una relación, no mires lo que dice. Mirá lo que repite.
Señales de coherencia (verde):
Cumple lo que promete o, si no puede, lo dice de frente.
Te trata igual cuando estás bien y cuando estás mal.
Respeta tus límites sin castigo.
No cambia su versión según quién esté escuchando.
Te cuida incluso cuando no estás presente.
Señales de incoherencia (rojo):
Muchas promesas, pocos hechos.
Te busca por etapas (solo cuando conviene).
Te hace sentir culpable por cuidarte.
Te celebra en público y te abandona en privado.
Dice “yo soy así” para justificar lo injustificable.
Y ojo: esto también aplica para uno mismo.
Porque cuando te pasan cosas, podés terminar haciendo lo que juraste no hacer: rogar, perseguir, insistir, quedarte donde no te eligen. Ahí también entra la coherencia: elegirte incluso cuando extrañás. Respetarte incluso cuando te duele.
La gente real no es la que habla de lealtad. Es la que la practica cuando no hay premio.
Cierre (directo):
No elijas por lo que te dicen. Elegí por lo que sostienen.