Muchas Máscaras pocos Rostros
Verdades que aparecen cuando todo se cae
En un mundo donde muchos no dicen lo que piensan, sino lo que conviene, encontrar amistad verdadera se vuelve raro.
📘 PRÓLOGO
Vivimos en un mundo donde mucha gente no dice lo que piensa: dice lo que cree que uno quiere escuchar. Y eso, aunque parezca pequeño, cambia todo. Cambia las amistades, cambia las relaciones, cambia la forma en que uno se para frente a la vida.
Mientras todo está bien, sobran las presencias. Cuando hay energía, planes, logros o algo para ofrecer, el círculo crece solo. Aparecen mensajes, invitaciones, promesas. Uno se siente acompañado, y en esa sensación es fácil confundir movimiento con cariño.
Pero la vida no avisa cuándo viene el golpe. A veces se pierde algo importante. A veces se cae un proyecto. A veces la salud o el ánimo se desordenan. Y ahí ocurre el verdadero filtro: se caen las máscaras. No porque la gente cambie de un día para el otro, sino porque deja de actuar.
En los malos momentos se ve lo real: quién está por vos y quién estaba por lo que generabas. Quién acompaña en silencio y quién solo sabe estar cuando hay premio. Y duele, claro. Duele porque no se pierde solo gente: se pierde una idea. La idea de “somos”.
Este libro no nace del rencor. Nace de la observación. De la experiencia. De esa etapa donde uno deja de buscar cantidad y empieza a valorar lo verdadero. Porque al final, la vida te enseña algo simple: podés ver muchas máscaras… y aun así, encontrar pocos rostros que valen una vida entera.
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