Luces del Alma
Reflexiones para volver a vos
Autor: Juan Manuel De Castro (El Vikingo)
📖 CAPÍTULO 10 — Aprender a soltar
Soltar no es fácil.
Ni natural.
Ni rápido.
Soltar implica despedirse de algo que alguna vez quisiste,
que alguna vez te sostuvo,
que alguna vez fue importante para vos.
Por eso duele.
Por eso cuesta.
Por eso lo postergamos tanto.
Pero hay una verdad profunda:
no todo lo que te acompañó está destinado a acompañarte para siempre.
Y cuando algo cumple su ciclo, soltar se convierte en un acto de amor:
amor propio,
amor por la vida,
amor por lo que viene.
🌿 Soltar no es perder: es liberar espacio
A veces vivimos aferrados a situaciones, personas, lugares o versiones de nosotros mismos que ya no encajan con lo que somos hoy.
No porque sean malas,
sino porque ya cumplieron su propósito.
Cuando retenés algo que ya terminó, se convierte en peso.
Cuando soltás, se convierte en aprendizaje.
Soltar no significa fracaso.
Significa madurez.
La vida te pide que sueltes lo que ya no te refleja para que puedas recibir lo que sí.
🌙 Soltar duele porque rompe la ilusión del control
Nos aferramos para sentir seguridad.
Para creer que tenemos garantizado el mañana.
Para convencernos de que podemos evitar el cambio.
Pero la realidad es otra:
la vida está hecha de ciclos.
Y los ciclos necesitan espacio para renovarse.
Soltar duele, sí.
Porque rompe esa idea falsa de que todo puede seguir igual.
Pero también abre un espacio nuevo para lo auténtico.
Lo que te ataba se convierte en lo que te liberaba.
🔎 Soltar no es olvidar
Mucha gente confunde soltar con borrar.
Con negar.
Con hacer de cuenta que no pasó nada.
Pero no es así.
Soltar es honrar sin retener.
Agradecer sin apegarse.
Cerrar sin destruir.
Recordar sin quedarse atrapado.
Lo que fue parte de tu vida merece un lugar en tu historia,
no una cadena en tu presente.
Soltar es decir:
"Gracias por lo que fuiste.
Ahora puedo seguir."
✨ Dios también te pide que sueltes… para darte más
A veces la vida te quita algo que no querías soltar.
Una relación,
un trabajo,
un plan,
un proyecto,
una ilusión.
Y aunque en el momento lo vivís como pérdida,
con el tiempo descubrís que fue protección.
Lo que se cae de tu vida no siempre es castigo.
Muchas veces es cuidado.
Muchas veces es guía.
Muchas veces es preparación.
Dios no te pide que sueltes para vaciarte,
sino para abrirte.
A veces soltás algo pequeño
para recibir algo más grande.
🌅 Soltar es un puente hacia una versión más libre de vos
Cada vez que soltás, recuperás una parte tuya:
recuperás energía,
recuperás claridad,
recuperás autenticidad,
recuperás liviandad,
recuperás fuerza,
recuperás dirección.
Soltar no te deja vacío.
Te deja disponible.
Disponible para lo nuevo,
para lo verdadero,
para lo que sí te corresponde,
para lo que sí te hace bien.
Soltar no mata nada.
Transforma.
Y lo que se transforma, renace.
Porque la vida siempre trabaja a tu favor,
incluso cuando no lo parece.